Esa portada de El último de la fila en “Astronomía Razonable”. Un perro mirando por un telescopio. En busca de una señal de Laika, quizás. “En las escaleras del sueño divagar”. Nadie preguntó a Laika si quería orbitar por el espacio. Ni siquiera sus parientes pudieron demandar a los hermanos Cano por su canción. “Preparados para el cohete para zarpar”. En la galaxia tampoco recogen los excrementos caninos. El rastro de las estrellas no lleva a ninguna parte. Dicen que el Principito ahora ejerce de proxeneta de una rosa. Nuncajamás es ya un asteroide en venta. Falta oxitocina y sobran dementores en rededor. La nostalgia, caminando a tientas, es un burladero para el alma. La alacena bajo las escaleras no parece tan mal lugar. El tiempo es sólo un catalejo cerrado. El disfraz de zombi como única salida existencial. “Y otra vez a empezar”.