
Antonio del Castillo. Foto: Manuel Olmedo
Pandora dijo a Prometeo que lo último que había en la caja y, por tanto, lo último que se podría perder, era «la Esperanza». La caja de Pandora, entre todos los males del mundo, albergaba un hálito de misericordia que Miguel Carcaño, ocho años después del crimen, no concede a la familia de Marta del Castillo. Ayer concluyó la nueva búsqueda en el Guadalquivir sin resultados. Prácticamente al tiempo que la Policía Nacional, con el apoyo de la Armada, finalizaba las labores de rastreo, el padre de la víctima mantenía un encuentro con el asesino confeso en la cárcel de Herrera de la Mancha para tratar de esclarecer el paradero de su hija. Carcaño, según pudo saber LA RAZÓN, aseguró que «no sabe nada». «Pregúntale a mi hermano», señaló, en referencia a Francisco Javier Delgado, que ya fue juzgado por encubrimiento y absuelto por la Audiencia de Sevilla y luego por el Supremo. El asesino confeso mantiene que fue Delgado «quien se deshizo del cuerpo».
Al término de la entrevista, Antonio del Castillo lamentaba «no haber llegado a tiempo de agradecer a los buzos de los GEO su esfuerzo, venía de camino de hablar con Miguel Carcaño». Antonio del Castillo, según confirmó este periódico, solicitó al ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, entrevistarse con Miguel Carcaño durante la visita que el alto cargo realizó el domingo a su domicilio para ofrecerle su apoyo y los pormenores de la nueva búsqueda. El encuentro se produjo ayer por la mañana y, durante el mismo, Carcaño apuntó a su hermano de madre en el crimen.
El asesino confeso se mantiene, en parte, en la séptima versión ofrecida sobre el crimen. Entonces habló de un paraje de La Rinconada –la finca Majaloba, que también fue rastreada– como lugar donde fue enterrado el cuerpo. En aquella ocasión, en 2013, Carcaño acompañó incluso a los agentes para apuntar el lugar exacto del paradero de la joven. Esta versión sostenía que Marta medió aquella noche, sobre las 22:00 del 24 de enero de 2009, en una discusión entre Carcaño y su hermano por haberse gastado el dinero de la hipoteca y Francisco Javier le habría propinado un golpe con una pistola a la que tenía acceso como vigilante de seguridad. También se buscó en otra finca de La Rinconada y en Camas tras esta versión.
Era la primera vez, hace cuatro años, que Carcaño inculpaba a su hermano, dejando fuera a su amigo Samuel Benítez –también absuelto de encubrimiento–, con quien llegó a tener un careo en el juicio acusándole de hacer desaparecer el cuerpo. La Policía citó para declarar a Javier Delgado de nuevo, que se negó a responder al asegurar que desconocía los hechos que se le atribuían e imputarle un delito de homicidio. La defensa de Delgado habló de una «venganza» de Carcaño hacia su hermano al cortar todo vínculo con él desde que sucedieron los hechos.
Rocío, la entonces menor que mantenía una relación con Carcaño cuando sucedió el crimen, también declaró ante el juzgado que, según le habría contado el condenado, su hermano y él golpearon a Marta hasta acabar con su vida. Habría salido de madrugada del piso de Camas en el que vivía para «limpiar pruebas» en el escenario del crimen de la calle León XIII de Sevilla. Según el testimonio de la joven, Carcaño le dijo que arrojaron el cuerpo a una arboleda cercana a Camas, donde se han efectuado varias búsquedas infructuosas. El Supremo elevó la condena de Carcaño a 21 años y tres meses por el daño innecesario producido a la familia, con los cambios de versión y por no haber llevado hasta el cuerpo.
El padre de Marta, recién llegado de Herrera de la Mancha, definía el estado emocional y físico tras el nuevo varapalo: «Estoy muerto».
Publicado en La Razón, el 25 de febrero de 2017: https://www.larazon.es/sociedad/carcano-a-antonio-del-castillo-no-se-donde-esta-el-cuerpo-preguntale-a-mi-hermano-KI14586729
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